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Tecnología Espacial en el Sistema Omega

Viajar por el espacio en el Sistema Omega es tanto una proeza de ingeniería como un desafío diario. Las naves no surcan el vacío con facilidad; cada trayecto exige planificación, mantenimiento y respeto por las reglas implacables de la física.

Nave de carga interplanetaria Nave de carga interplanetaria
Nave de carga equipada con motores de fusión y Quantum Drive, en ruta hacia las refinerías de Nessus.

Las naves espaciales se propulsan mediante motores de fusión de plasma, alimentados con hidrógeno refinado o combustibles enriquecidos como el Quantanium. Estos motores permiten viajes sostenidos entre planetas y estaciones, aunque los trayectos nunca son instantáneos: semanas o incluso meses separan los principales hábitats, y el combustible, el calor y los recursos vitales se gestionan como tesoros.

En las naves pequeñas y utilitarias, la vida transcurre en microgravedad. Solo durante aceleraciones y frenadas pronunciadas se experimenta la fuerza de gravedad; el resto del tiempo, la tripulación depende de botas magnéticas, arneses y rutinas de adaptación física. En plataformas mineras, estaciones de paso y transportes de corto alcance, este entorno es la norma y forja una cultura propia de ingenio, resistencia y cierta nostalgia por la comodidad planetaria.

Las naves de mayor tamaño, diplomáticas o de élite corporativa, emplean avanzados núcleos tecnomágicos, artefactos que fusionan tecnología y Ether para generar campos gravitatorios estables. Estos lujos están reservados para unos pocos, y disfrutar de "gravedad real" en tránsito es símbolo de poder, estatus y acceso a recursos que la mayoría solo puede soñar.

Nave de carga interplanetaria Nave de carga interplanetaria
Nave diplomática equipada con un núcleo tecnomágico de Ether, símbolo de poder y estatus reservado a corporaciones y gobiernos.

Los viajes entre planetas se optimizan mediante el Quantum Drive, un sistema de salto que acorta distancias usando Quantum Fuel refinado. El Quantum Drive no es infalible: requiere refrigeración, mantenimiento constante y una tripulación entrenada. El menor error puede resultar en averías catastróficas o quedar varado en mitad de la nada.

Nave de carga interplanetaria Nave de carga interplanetaria
Puerta de Salto orbitando un planeta yermo: un túnel gravitatorio estabilizado que permite los peligrosos viajes interestelares.

Para los pocos que cruzan los abismos entre sistemas, existen las Puertas de Salto: túneles gravitatorios naturales estabilizados por tecnología de punta y el conocimiento arcano más reservado. El cruce es lento, peligroso y requiere que la tripulación entre en criogenia, pues la conciencia no soporta el tránsito consciente a través del salto. Hay pocas rutas, todas bajo control político, militar o corporativo, y abrir nuevas conexiones es una odisea reservada a exploradores legendarios.

Lejos de la comodidad de Habitat One, el espacio es hostil, lento y caro. Solo los mejor preparados, o los más desesperados, se atreven a llamarlo hogar.


Ámbitos de la tecnología espacial

Ámbito Descripción
Propulsión Motores de fusión de plasma, alimentados con hidrógeno o Quantanium refinado. Viajes largos y costosos.
Vida en naves pequeñas Microgravedad constante, uso de botas magnéticas y arneses; cultura de adaptación y resistencia.
Naves de élite Incorporan núcleos tecnomágicos que generan gravedad artificial; lujo reservado a corporaciones y diplomacia.
Quantum Drive Sistema de salto interplanetario, acorta distancias pero requiere refrigeración y mantenimiento constante.
Puertas de Salto Túneles gravitatorios estabilizados, viajes interestelares lentos y peligrosos que exigen criogenia.