Asteroide Aya
En medio del espacio profundo, alejado de las rutas comerciales habituales, flota Aya, un pequeño asteroide rocoso de apenas unos kilómetros de diámetro. A simple vista, es solo otro fragmento perdido en la inmensidad, pero Aya guarda un secreto que lo convierte en uno de los enclaves más enigmáticos del Sistema Omega: vida alienígena.
Origen incierto
Nadie sabe con certeza cómo llegó la vida a Aya. Las teorías más extendidas hablan de meteoritos portadores de microorganismos, que tras impactar el asteroide se adaptaron a sus condiciones extremas. Otros creen que el propio Ether, al resonar de forma anómala en este punto del espacio, generó un caldo de cultivo imposible en cualquier otro lugar. Lo que es indiscutible es que, pese al vacío y la radiación, Aya alberga ecosistemas enteros en sus entrañas.
Ecosistemas subterráneos
Bajo la superficie cubierta de roca y polvo se extiende una red de cavernas y túneles. En ellas, los exploradores han encontrado formas de vida alienígena de una diversidad inesperada: desde microorganismos unicelulares que brillan con un fulgor etérico hasta criaturas mayores capaces de desplazarse por galerías estrechas con una agilidad sorprendente. Muchas de estas especies son fotosintéticas y se alimentan de la luz que filtra la roca translúcida, pero también existen depredadores adaptados, con mecanismos de defensa que van desde la secreción de toxinas hasta la capacidad de camuflaje total.
Lo más inquietante es que algunos organismos muestran una afinidad extraña con el Ether: su bioluminiscencia fluctúa al ritmo de tormentas energéticas cercanas, y ciertos depredadores parecen detectar la presencia de humanos por el eco de su propia energía vital.
Misterio y explotación
A pesar de su riqueza biológica, en Aya no se ha hallado rastro de vida inteligente ni de tecnología. Las criaturas parecen existir en un estado primitivo, adaptadas unicamente a sobrevivir. Esto, sin embargo, no ha impedido que las corporaciones pongan sus ojos en el asteroide. Renivit lo considera una posible fuente de compuestos farmacéuticos únicos, mientras que AISER sueña con desentrañar la relación entre el Ether y estas formas de vida. Grupos independientes también han intentado establecer bases de investigación clandestinas, pero pocos han regresado.
Aya en la cultura popular
En Neo-Sundome, Aya es un nombre que despierta fascinación y temor a partes iguales. Para los científicos, es un laboratorio viviente que podría contener respuestas sobre el origen de la vida en el Sistema Omega. Para los supersticiosos, es un santuario prohibido, un lugar donde el Ether dio forma a criaturas que nunca deberían existir. Y para los buscadores de fortuna, es una oportunidad tan letal como tentadora: cada expedición promete riquezas y conocimiento, pero la mayoría vuelve con bajas, datos inconclusos y relatos de horrores biológicos que se mueven en la penumbra de las cavernas.